Transferencia bancaria

A partir de octubre de 2025 entra en vigor una nueva normativa europea que obligará a las entidades bancarias a verificar el nombre del beneficiario y el número de cuenta (IBAN) antes de ejecutar una transferencia. Si los datos no coinciden, el sistema deberá mostrar un aviso al cliente antes de realizar la operación.

Esta medida, enmarcada dentro del reglamento de pagos inmediatos aprobado por la Unión Europea, busca reforzar la seguridad de las transferencias electrónicas y reducir los errores o fraudes derivados de introducir números de cuenta incorrectos o de posibles suplantaciones de identidad.

En la práctica, el banco comparará automáticamente el nombre introducido con el titular real de la cuenta destino. Si detecta discrepancias, se mostrará un aviso de advertencia para que el usuario pueda revisar la información antes de confirmar el envío del dinero.

¿Qué cambia para los usuarios?

Hasta ahora, bastaba con que el IBAN fuera correcto para que una transferencia se procesara, aunque el nombre no coincidiera con el titular de la cuenta. Con esta nueva regulación, los bancos deberán incorporar un sistema de verificación previa que incremente el control sobre las operaciones.

El aviso no impedirá realizar la transferencia: el cliente podrá decidir si continúa o corrige los datos. No obstante, la advertencia servirá como una capa adicional de protección frente a errores humanos o fraudes.

La norma también establece que las transferencias inmediatas deberán tener el mismo coste que las ordinarias, lo que favorece la igualdad entre servicios y mejora la competitividad del sistema bancario europeo.

Beneficios, retos y aplicación práctica

Esta nueva medida supondrá un mayor nivel de seguridad y transparencia para los clientes, reduciendo los casos de dinero enviado a cuentas equivocadas. A la vez, implica un reto técnico para las entidades financieras, que deberán actualizar sus sistemas para detectar coincidencias parciales en los nombres (por ejemplo, diferencias por tildes o abreviaturas).

En caso de que un banco no cumpla con esta obligación y el error provoque un perjuicio al cliente, la entidad podría ser responsable de la devolución del importe. Sin embargo, conviene recordar que muchas transferencias, especialmente las inmediatas, siguen siendo irrevocables una vez ejecutadas, por lo que es fundamental revisar los datos antes de confirmar el envío.

La medida marca un avance importante en la protección del consumidor financiero y refuerza la confianza en las operaciones electrónicas dentro de la zona euro, donde el volumen de pagos digitales crece cada año.