La experiencia de realidad virtual más destacada que he experimentado este año no se basó en dispositivos como los lentes Quest 3 o las Apple Vision Pro, ni siquiera requerí usar gafas. Aunque tuvo un costo de 2.300 millones de euros, esta experiencia incluyó un concierto en vivo de una icónica banda de rock.

Me refiero al concierto de U2 que tuvo lugar el pasado fin de semana en «The Sphere» de Las Vegas, una gigantesca instalación ubicada cerca de la gran avenida principal. Su apariencia podría compararse con algo sacado de una película de ciencia ficción o una historia moderna de Kafka, donde un recinto de conciertos se transforma en un gigantesco globo ocular que los anunciantes aprovechan para promocionar diversas cosas en su superficie de casi 54,000 metros cuadrados. Creada por James Dolan, CEO de Madison Square Garden Entertainment, «The Sphere» se presenta como el futuro del entretenimiento, y no es una afirmación exagerada.

La experiencia inmersiva en «The Sphere» con U2 fue asombrosa. Al ingresar junto con otras 18,000 personas, nos encontramos en un amplio atrio antes de llegar al anfiteatro. El interior de «The Sphere» contaba con una pared de 118 metros de altura revestida con una pantalla de video de resolución 16K que se extendía hasta el techo y abarcaba unos 170 grados de visión, lo que equivalía a todo lo que el ojo humano puede captar sin necesidad de girar la cabeza. Este entorno parecía una mezcla de un castillo de ciencia ficción steampunk y un festival de música en el Thunderdome. U2 subió al escenario, que era una plataforma sencilla con un diseño circular creado por Brian Eno, y comenzaron a tocar. A medida que avanzaba el concierto, la pantalla gigante de alta resolución mostraba imágenes en movimiento de 16K que envolvían por completo nuestro campo de visión, creando una experiencia totalmente inmersiva. El sonido provenía de 168,000 altavoces ocultos detrás de la pantalla.

Imagina la película «Tron», donde alguien es absorbido por un videojuego. Estar dentro de «The Sphere» fue como vivir una película de ciencia ficción en la que 18,000 personas se encontraban de repente inmersas en un video musical de los años ochenta. La pantalla de alta resolución ofrecía paisajes de lugares reales e imaginarios, lo que hacía que la banda y el público parecieran transportados a lugares extraños y asombrosos. Hubo collages detallados y sorprendentes, incluido un homenaje a Elvis Presley, quien en ese momento fue destronado como el Rey de Las Vegas por un enjambre gigante de píxeles. En otras ocasiones, las imágenes en tiempo real de los miembros de la banda se proyectaban como gigantes de treinta metros de altura. Cuando las imágenes se movían hacia nosotros o se desplazaban hacia abajo, realmente sentíamos que nos estábamos moviendo. En resumen, «The Sphere» es una plataforma de alto ancho de banda para flujos masivos de información digital, con su propia infraestructura de servidores y más de 1,000 kilómetros de cable de fibra óptica.

Algunos críticos y amantes de la música se preguntaron si esta experiencia desvió la atención de la música en sí durante el concierto de U2. Incluso Chris Blackwell, el fundador de Island Records, expresó que, aunque disfrutó del evento, sintió que la música quedó en segundo plano. Sin embargo, la tecnología siempre ha influido en la música pop, desde la introducción de la guitarra eléctrica hasta los espectáculos de luces de los grupos de acid-rock en los años sesenta. En ese sentido, «The Sphere» podría ser un nuevo paradigma en el entretenimiento.

Además del concierto de U2, «The Sphere» de Las Vegas también ha sido utilizado para experiencias inmersivas como «Postcard from Earth», una creación del director Darren Aronofsky que presenta imágenes asombrosas capturadas en una resolución de 316 megapíxeles. La tecnología detrás de «The Sphere» podría potencialmente transformar no solo los conciertos, sino también la industria del cine. Sin embargo, la pregunta es si esta tecnología podría escalar y llegar a ser accesible para una audiencia más amplia.

En resumen, «The Sphere» en Las Vegas ha llevado la realidad virtual a un nuevo nivel, fusionando de manera impresionante elementos analógicos y digitales en experiencias inmersivas únicas. Aunque algunos se preocupan por el impacto en la música en vivo, es indudable que esta tecnología tiene el potencial de cambiar la forma en que experimentamos el entretenimiento en el futuro.